Las redes WiFi son omnipresentes en nuestro diario vivir. Desde el trabajo, pasando por lugares públicos y, por supuesto, nuestro hogar. Esta última opción es muy importante porque nos servirán para trabajar y entretenernos por partes iguales. Por esa razón, es importante saber cómo sacarle el mayor provecho a nuestra red y conocer las formas de mejorarla. Aquí te hablamos de algunas opciones que puedes utilizar.
Mejora la ubicación
Lo más habitual es colocarlo cerca de la ventana o balcón por la que entra la conexión de internet al hogar desde el exterior, para no tener que establecer una red de cableado demasiado larga que pase de una habitación a otra, pero así buena parte de la señal sale también por la ventana.
El mejor sitio para colocar el router es el centro de la casa, a la altura de los ojos o más arriba -pero no cerca de la pared ni del techo- y lejos de otros dispositivos que puedan provocar interferencias como teléfonos inalámbricos, otros router, impresoras, zonas con muchos cables o bombillas halógenas. Las paredes y armarios afectan a la intensidad de la señal, sobre todo si son metálicos.
Comprueba la velocidad
Hay numerosas páginas que ofrecen test gratis de velocidad, solo hay que teclear en el buscador “test de velocidad” y elegir alguna de las opciones. Algunas operadoras incluyen este servicio. Conviene repetir las pruebas desde distintos sitios de la casa, de esa manera tendrás una lectura correcta y podrás comparar si todos los resultados son óptimos.
Actualiza el router
Los fabricantes mejoran en cada actualización del firmware el rendimiento de sus dispositivos. En el caso de los routers cedidos por la empresa suministradora de internet, es la propia proveedora la que lo actualiza, así que no hay que hacer nada, pero si el router es comprado hay que escribir en el navegador la IP que indique el fabricante, introducir el usuario y la clave que se indicaron al instalar el router y descargar e instalar la actualización del firmware.
Revisa los dispositivos
A veces el problema no está en la conexión Wi-Fi, sino en los dispositivos que se conectan a ella. Si alguno va demasiado despacio o no puede detectar la red es recomendable reiniciarlo, sobre todo si está siempre conectado.
El exceso de cookies, de archivos y la basura digital (archivos que han perdido su utilidad, aplicaciones que ya no se usan, archivos duplicados…) también pueden ralentizar la memoria del dispositivo y reducir la velocidad. Siempre es aconsejable mantener el espacio bajo control y una buena ayuda pueden ser aplicaciones o programas específicos.
Revisa problemas en la red WiFi
Aunque el router esté bien ubicado, puede que en casa (o en la oficina) haya zonas grises a las que la señal llegue pero poco o incluso puntos ciegos, sin Wi-Fi. Para ello hay que utilizar una aplicación como ‘WiFi Heatmap’ (hay que dibujar un mapa de la casa a mano y seguir las indicaciones de la aplicación) o, en el PC.
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