Iniciar un negocio en la juventud tiene sus pros y sus contras. Es normal que estés entusiasmado y tendrás todas las energías para comenzar con tu empresa. No obstante, es necesario ser realista y comprender que el camino hasta el éxito no es sencillo y muchas veces encontrarás baches en el camino. Por eso, siempre es bueno contar con algunos consejos prácticos antes de iniciar. En el siguiente texto te daremos algunos, con la esperanza de que los pongas en práctica y puedas sacar adelante tus ideas.
Las nuevas generaciones sueñan con estilos de vida más equilibrados, en los que puedan disfrutar más de su vida personal y no tengan que ajustarse a los límites de una carrera corporativa. Por eso, creen que emprender significa hacer dinero rápido, no tener un jefe y tomarse cinco vacaciones al año.
¡Y nada podría estar más alejado de la realidad! Es cierto que estar al frente de un negocio propio te da más autonomía, pero las responsabilidades son mayores. Ahora hay que responder ante los clientes, los socios y los empleados, y además los primeros años de desarrollo del negocio suelen ser muy duros.
Si algo tienen a favor los emprendedores más jóvenes es esa combinación de optimismo, energía y pasión. Pero eso no será suficiente si no está sostenida por la disciplina necesaria para avanzar a paso firme en un proyecto.
Los empresarios más exitosos son organizados, aprovechan su día al máximo, no toman decisiones precipitadas, y saben priorizar y delegar las tareas menos importantes. Por eso es recomendable que, antes de iniciar un negocio, trabajes durante algunos años en un gran corporativo donde puedas adquirir las herramientas necesarias para organizar procesos de trabajo en tu propia compañía.
¿Qué define el éxito de un proyecto? La capacidad de brindar una solución novedosa y eficiente a un dolor de mercado. Todos soñamos alguna vez con ser Jeff Bezos, el fundador de Amazon… pero esos casos son excepcionales.
No se trata de inventar el hilo negro, sino de descubrir una oportunidad que nadie vio y diseñar entonces una propuesta innovadora. A veces puede ser una idea sencilla, pero que se distingue del resto por la capacidad de ejecución del emprendedor, la calidad del servicio, los costos más bajos o el desarrollo de nuevos canales de distribución.
Tu falta de conocimientos y habilidades en los negocios no debe desalentarte, pero tampoco es un factor que puedes ignorar, porque los retos que vas a enfrentar son muy grandes. Así que lo que tienes que hacer es compensar esa debilidad a través de la experiencia de otras personas.
Por ejemplo, si tienes muchos familiares en el mundo de los negocios, puedes pedirles que te permitan trabajar durante algún tiempo con ellos. O buscar un mentor, que dedique tiempo a analizar tu proyecto y contactarte con potenciales aliados. Otra buena idea es asociarte con un empresario que ya tenga un camino recorrido en tu segmento de mercado y que haya sido muy exitoso (por supuesto, tendrás que ser capaz de convencerlo con un proyecto atractivo).
Esta entrada ha sido publicada el 19/01/2021 10:00
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