Todo lo que necesitas saber a la hora de comprar un altavoz nuevo. Altavoces para el ordenador, altavoces inalámbricos, altavoces para el salón y altavoces con bluetooth, todos los tipos de altavoces y las características que debes tener en cuenta para no fallar en tu compra.
Los altavoces tienen como objetivo la reproducción de sonidos a través de un transductor electroacústico, donde las ondas eléctricas se convierten en energía mecánica, que después llegan a ser ondas de frecuencia acústica.
Vamos a ahondar en las distintas características que se pueden encontrar en los altavoces en general. De esta forma, estamos seguros que puedes entender mejor cómo funcionan.
Este valor tiene relación con la calidad del sonido que llega al oído del ser humano. Se mide en distintos niveles de audiofrecuencia (desde 20 hasta 20.000Hz). En este sentido, a mayor respuesta de frecuencia, mayor será la calidad del sonido final. Debido a que este valor no es completamente plano, la respuesta no será la misma en los sonidos graves o agudos. Por esta razón, se antoja muy importante que exista la menor diferencia de sonido (en decibelios) para evitar así distorsiones.
Esta característica está relacionada con la cantidad de potencia eléctrica que son capaces de soportar los altavoces. No tiene nada que ver con la potencia acústica y se mide siempre en vatios. Si el altavoz recibe demasiada “potencia”, es posible que sufra daños o el sonido salga distorsionado. Cabe destacar que existen dos tipo de potencia:
Potencia nominal. Es la cantidad de potencia “máxima” que puede soportar el altavoz antes de que este se deteriore. De lo contrario, este puede dañarse de forma definitiva, ya que el periférico no es capaz de disipar el calor producido por la corriente eléctrica.
Potencia admisible. Esta consiste en los picos de señales que pueden llegar a soportar los altavoces en cortos espacios de tiempo, justo antes de que se deteriore el diafragma que hay en el interior de la bobina.
La impedancia es un valor que se mide en ohmios y tiene que ver con la “oposición” que tiene el sonido a la hora de pasar por una corriente alterna. En el caso de los altavoces, la impedancia varía según la frecuencia y por tanto también el modelo de altavoz. De una forma u otra, si se quiere conseguir la mayor transferencia de energía entre la fuente de sonido (el amplificador) y el altavoz, las impedancias entre ambos componentes deben ser lo más similar posible.
La sensibilidad mide nada más y nada menos que la relación entre el nivel eléctrico de la entrada del altavoz y la presión sonora obtenida por el sonido producido. Se mide siempre en DB/W a un metro de distancia y aplicando una potencia de 1W directamente al altavoz.
Aquí se mide el grado de sensibilidad del altavoz. Se trata de un valor que determina la relación entre la potencia acústica radiada y la potencia eléctrica que viene de entrada. Si el rendimiento de los altavoces es bajo, se comprende entre el 1-5%. Es decir, si entran por ejemplo 100W, salen siempre 1-5W.
Se puede considerar al altavoz como uno de los sistemas de audio que provocan más distorsión debido a que existen todo tipo de elementos que la provocan, como por ejemplo, las vibraciones parciales, o el flujo de entrehierro. Gran parte de la distorsión se suele dar en los sonidos graves.
Esta entrada ha sido publicada el 14/07/2021 11:30
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