Este domingo, la cápsula Crew Dragon de SpaceX se acopla con éxito a la Estación Espacial Internacional (ISS), tras haber sido lanzada el día anterior a bordo de un cohete Falcon-9 desde el Centro Espacial John F. Kennedy.
Por primera vez en la historia, una nave espacial de una empresa privada lleva seres humanos a la ISS. Esto posiciona a SpaceX como líder de la industria aeroespacial moderna. Y por fin da luz verde a los viajes de turismo espacial que tantos años lleva prometiendo esta compañía.
Además, este fue el primer vuelo espacial tripulado que realiza Estados Unidos en casi 10 años, desde que en 2011 se cancelara el programa de transbordadores espaciales.
Hasta el sábado, los astronautas norteamericanos dependían de las naves rusas Soyuz. Pero con el rotundo éxito de SpaceX, Estados Unidos vuelve a la cabeza de la industria aeroespacial con una tecnología más avanzada y el control total de sus misiones.
La cápsula Crew Dragon, lanzada este sábado por un poderoso cohete Falcon-9 desde el Centro Espacial John F. Kennedy, en Florida, alcanzó la Estación Espacial Internacional y se acopló en un puerto de atraque en la sección de proa.
La maniobra fue completamente automática y corrió sin incidentes, así que los dos astronautas a bordo, Doug Hurley y Bob Behnken, no tuvieron que intervenir en ningún momento. Y hasta pudieron dormir tranquilamente durante el viaje de 19 horas.
El anclaje se realizó con éxito, y los astronautas se unieron a la tripulación ruso-estadounidense a bordo de la Estación Espacial Internacional. “El trampolín funciona”, bromeó Elon Musk, fundador y director de SpaceX, durante una conferencia de prensa el domingo.
Hurley y Behnken pasarán algunos meses en la ISS realizando diversas investigaciones. Cuando termine su trabajo, se tiene planificado que utilizarán la Crew Dragon para volver a la Tierra.
Pero la misión no terminará sin que la exitosa nave quede sin nombrar. En efecto, sus tripulantes hicieron honor a la tradición nacional de ponerle un nombre a las naves, y así la C206 pasará a la historia como la Endeavour.
Es la tercera nave especial estadounidense que recibe este nombre. El módulo de mando y servicio de la misión Apolo 15 en 1971, y el orbitador del quinto y último transbordador espacial construido también se llamaban así. Sin dudas, todo un homenaje a la carrera espacial estadounidense.
Pero el nombre de la nave no fue la única noticia que reportaron los medios tras la maniobra. También se sabe que Doug Hurley se golpeó con la escotilla de ingreso de la Estación Espacial Internacional, justo cuando se disponía a abrazar al comandante Chris Cassidy de la NASA.
Así que la ceremonia de bienvenida estuvo marcada por el astronauta frotándose la cabeza y limpiándose con un pañuelo, lo que sugiere la posibilidad de que se haya hecho una herida. Algo interesante, porque no es la primera vez que Hurley visita la ISS.
Pero fuera de este incidente, la misión resultó ser perfecta en todos los sentidos, y su éxito nos promete una nueva era de la industria espacial. Esta vez no liderada por los gobiernos, sino por compañías privadas del calibre de SpaceX. Algo que no puede menos que hacernos reflexionar.
Esta entrada ha sido publicada el 02/06/2020 11:30
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