Probablemente habrás escuchado este término en artículos de Internet, por la radio o en las noticias y aún no sabes muy bien del todo que significa o qué tipos de wearables existen. Para entender el significado, tienes que saber que la palabra inglesa “Wear” o más bien del verbo que su traducción significa “vestir”. Supongo que ahora ya sabes más o menos de donde viene su procedencia.
Pues bien, los wearables son dispositivos de tecnología inteligentes, incluso los podríamos definir como pequeños ordenadores que te puedes poner encima, como ropa, relojes para hacer deporte, gafas, relojes inteligentes para pagar tus compras entre otros y estos integran pequeños procesadores (microprocesadores) que dotan a estos objetos de funciones inteligentes como consultar información sin tu smartphone, recibir notificaciones, localizar tu posición, emular la visión 3d.
Por otro lado los avances en este campo de las “wearables” está dejando el desarrollo de nuevos dispositivos que se implantan en el cuerpo del usuario. Bajo esta filosofía se están desarrollando sensores que controlan la cantidad de glucosa de un paciente con diabetes, de tal forma que un dispensador electrónico inyecte de forma automática la cantidad de insulina precisa. Este mismo sensor tomaría datos relevantes sobre la salud del paciente y se enviarían vía internet a los ordenadores, tablets o dispositivos del equipo médico.
Uso que se les da a los wearables
Los diferentes tipos de wearables pueden mostrar diferente información que recogen con los sensores que poseen, como puede ser el número de pasos que hemos caminado en el día, la cantidad de calorías gastadas, o simplemente la hora. A través de su pantalla nos avisa, con zumbidos o iluminación de LEDs, que se nos está acabando la batería o que hemos superado el objetivo que nos habíamos puesto de ejercicio para el día.
Además, la app que maneja el wearable, desde el teléfono móvil, también puede transmitir información al dispositivo para avisarnos que tenemos una llamada, que hemos recibido un SMS o un Whatsapp, o que es hora de salir para el dentista. Si el wearable dispone de pantalla, nos mostrará quién nos llama o envía el mensaje, incluso nos permitirá ver el propio mensaje, o la cita que tenemos que atender a continuación.
En caso contrario, simplemente vibrará o encenderá algún LED y tendremos que echar mano del teléfono para saber de qué nos está avisando. Esto parece poco útil, pero una inmensa cantidad de usuarios aseguran no perder ninguna llamada desde que utilizan este tipo de aparatos.
Algunos wearables, disponen, además, de botones, esferas móviles, o pantallas, que pueden ser táctiles, que nos permiten manejar ciertas funciones de estos. No obstante, las limitaciones del tamaño hacen que el manejo y la configuración del wearable sea más fácil de hacer desde su APP en el teléfono móvil, como ya he dicho más arriba.
Para aquellos que atrae la tecnología los wearables provocan curiosidad, atracción y deseo, sin embargo, para el resto, en muchos casos, lo que provocan son sentimientos negativos, una complicación adicional que trae la tecnología, que no saben para qué sirve, que se debe aprender a manejar (con lo que nos cuesta aprender ya a los mayores), y que atender y mantener, aunque solo sea para cargarlos.
Probablemente ya sepas que cualquier teléfono móvil moderno ya dispone de la mayoría de los sensores que llevan los wearables y te preguntes qué aportan los wearables. Pues lo que aportan es que, al llevarlos en la muñeca todo el día, nos pueden dar medidas más precisas de las que nos daría el smartphone.
Un ejemplo de ellos es la típica cuenta de los pasos que damos al día, que está basada en el uso de un tipo de sensor llamado acelerómetro, la podemos medir en la mayoría de los smartphones con Google Fit, Samsung Health o Apple Salud, y muchas otras APPs, en función del fabricante de nuestro smartphone, pero, cada vez que dejamos el smartphone en algún sitio y no nos lo llevamos con nosotros, esos pasos se pierden.
Esto es menos probable en el caso de los wearables, ya que los solemos llevar puestos todo el día, y, a menudo, toda la noche. En las capturas de pantalla de mi smartphone podéis ver, respectivamente, la cuenta de pasos de mi móvil y de mi pulsera, el mismo día, a la misma hora, que, como veis, son diferentes, y, por supuesto, es mayor la cuenta de mi pulsera.
Diferentes tipos de dispositivos wearables
Gafas Inteligentes
Sin duda, un ejemplo de wearables y que mejor cae dentro de esta categoría son las gafas de “Google” que pretenden cambiar la manera de comunicarse y de ver el mundo. Las “SmartGlasses” se utilizan únicamente con la voz y pueden tener muchas aplicaciones en sectores como el turismo, el marketing o la educación. Cómo no podía ser de otra manera, existen diferentes alternativas que pretenden alcanzar este “goloso” mercado.
Relojes Inteligentes
El primer reloj inteligente fue lanzado en 2012 por Sony. Este reloj inteligente puede conectarse a las redes sociales, incluso leer el correo electrónico del usuario. Sin embargo, con el paso del tiempo una gran cantidad de estos dispositivos se han lanzado. Incluso con su propio sistema operativo que les permite ejecutar aplicaciones móviles, visualizar imágenes, leer los mensajes, mails o incluso monitorizar nuestra actividad física.
Ropa inteligente
En lo que respecta a ropa inteligente podemos ver chaquetas que se adaptan a los cambios del tiempo, prendas que monitorizan nuestro pulso a la hora de hacer deporte y miden nuestro gasto calórico, o complementos que nos ofrecen información para tener una dieta equilibrada y un estilo de vida más saludable.
Headphone
Básicamente, son auriculares que funcionan como transductores o bien, como un dispositivo con la capacidad de convertir la electricidad en sonido o viceversa. Puesto que, reciben una señal eléctrica originada directamente desde una fuente electrónica y, gracias a su diseño, ofrecen la posibilidad de colocar unos altavoces cerca de los oídos para poder producir ondas sonoras audibles.
Por su parte, esta clase de tecnología wearable suele ser intercambiable o desmontable. Lo que significa que, cuentan con la posibilidad de enchufarse o desenchufarse con facilidad de cualquier equipo que los necesite y, adicionalmente, estos aparatos pueden ser empleados por diversos sistemas de audio sin limitación alguna.
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